2305 España, Narcoméxico, Jon Sistiaga, Cuatro, 26 de diciembre de 2008

El viernes 26 de diciembre, en España, la cadena de televisión Cuatro estrenó «Corrido para un degollado», la primera parte de dos programas dedicados a escudriñar en torno al tema del narcotráfico en México, realizados por el destacado periodista español  Jon Sistiaga: «Narcoméxico«.

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Corrido para un degollado (en seis partes)

Parte 1

Parte 2

Parte 3

Parte 4

Parte 5

Parte 6

Con respecto al reportaje realizado por Sistiaga, Cuatro emitió el siguiente boletín de prensa:

«El perímetro de la morgue de Tijuana está protegido constantemente por una decena de soldados armados hasta los dientes. Están ahí para evitar que se roben los cadáveres. Para impedir que comandos narcos entren, como han hecho en otras ocasiones, y a tiro limpio se lleven los cuerpos de sus compadres y eviten su identificación. 

La morgue de Tijuana está al doble de su capacidad. Acumula 120 cuerpos que no han sido reclamados por nadie y como dice el forense Hiram Muñoz, tienen de todo: «Decapitados, desmembrados, carbonizados, desbaratados en ácido… hay una pérdida total del control, del respeto a la vida», se queja ante la cámara de Cuatro este hombre curado de espantos. 

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Jon Sistiaga recorre en un largo reportaje titulado «Narcoméxico», que Cuatro emitirá en dos entregas, la geografía de la violencia narco. Tijuana es sólo un ejemplo de lo que está pasando en México. Los narcos de los diferentes cárteles de la droga se están enfrentando entre sí por el control territorial y las rutas que llevan la cocaína hasta los Estados Unidos. Es una guerra de exterminio. Una lucha feroz por el dominio de los mercados que sólo acabará con el aniquilamiento del adversario.

Ya no basta con matar al enemigo, hay que descuartizar su cuerpo para lanzar un mensaje de que se está dispuesto a todo», dice Luis Astorga, director de la Cátedra UNESCO para las Drogas de la Universidad de México. Y esos mensajes se traducen en ejecuciones múltiples, de diez en diez o de veinte en veinte, en decapitaciones, en mutilación de genitales, en una espectacularización de la violencia para generar temor en el adversario… 

El reportaje de Jon Sistiaga analiza las claves de esa violencia estructural que lleva años sacudiendo México y que parece haberse desbordado en los últimos meses. «La culpa la tiene el consumo de droga en Estados Unidos», insiste en una entrevista el escritor Carlos Fuentes. 

La cámara de Cuatro entra en las prisiones mexicanas, retrata las misas negras dedicadas a la Santa Muerte, la patrona de los narcos, visita los mausoleos donde se entierra a los grandes capos o graba con crudeza una balacera entre sicarios y soldados que acabará con seis muertos.

Esta guerra ha dejado en el 2008 casi 5.000 muertos, aunque como cuenta en el reportaje un portavoz de la Fiscalía General, «son casi todos de ellos…». México, una de las grandes economías emergentes, una de las democracias más longevas de América latina y miembro del G-20, tiene 13 muertos diarios relacionados con el narcotráfico.  

El gobierno del presidente Calderón ha desatado una gran ofensiva contra el poder de unos narcotraficantes que estaban ya tocando a las puertas del Estado. Su capacidad de interferencia en la política estatal la resume un alto funcionario en el reportaje, «estaban a punto de tratar de tú a tú al Presidente de la República». No había tiempo que perder. Era ahora o era demasiado tarde. Las cifras marean. Las fuerzas de seguridad han incautado a los narcos 13.000 coches, 200 barcos, 300 avionetas, 15.000 armas largas, tres millones de balas… Armamento como para equipar a cualquier ejército medio».

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Comentario de Octavio Islas

No es «rompiendo récords mundiales» en el combate a la delincuencia organizada ni a través de declaraciones que persiguen alcanzar un positivo impacto mediático como se podrá resolver el grave problema de la inseguridad en México.

En los años recientes México se ha convertido en un territorio sin ley.Las instituciones encargadas de impartir justicia reciben considerables recursos y los resultados que ofrecen a la ciudadanía resultan decepcionantes. Si consideramos el total de actos delictivos en relación con el número de criminales y delincuentes detenidos, podremos sencillamente concluir que tenemos otro «récord mundial»: el de la impunidad de los delincuentes.

El fracaso es evidente. La impartición de la justicia es selectiva. En buena medida depende de amistades y compadrazgos, o de la presión mediática existente.

El gobierno de Felipe Calderón está perdiendo la guerra que declaró a los grandes carteles del narcotráfico. Calderón soslayó la necesidad de preparar a su gobierno para emprender la guerra contra los grandes carteles del narcotráfico. Antes de emitir declaración alguna, Calderón tendría que haber depurado los ministerios públicos, limpiar la polícia y demás cuerpos de seguridad, impulsar una efectiva reforma jurídica. Calderón, sin embargo, no estimó necesario hacerlo.

La corrupción impera en todos los niveles. En no pocas ocasiones, los jueces liberan a los narcotraficantes que los cuerpos de seguridad consiguen atrapar.  La justificación de los jueces es siempre la misma: el ministerio público cometió errores en la integración de los expedientes.

La batalla diaria además se libra en las calles y colonias de todas las ciudades. Los narcomenudistas operan protegidos por autoridades menores, quienes permiten a los «burros» operar con absoluta impunidad.

La espiral de violencia resulta alarmante. En algunas ciudades, como Tijuana o Ciudad Juárez, las ejecuciones son frecuentes. Hoy la excepción son aquellos días en los cuales, por alguna extraña razón, no hay ejecuciones.

El gobierno de Felipe Calderón no parece dispuesto a fincar responsabilidades a conocidos narcopolíticos. ¿No hay voluntad política o quizá en realidad algunos poderosos y conocidos narcopolíticos en realidad son los verdaderos dueños del gran negocio?.  

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A propósito de narco corridos:

Los Tucanes de Tijuana -extraordinarios cronistas-

«Algo paso en Culiacán,
anda la raza muy brava,
nadie los puede parar,
es pura gente pasada,
ellos son la autoridad
y la ley se los ampara.

Es gente de alto poder,
no cabe la menor duda,
nada les pueden hacer
la policía los saluda.

El valor te da poder,
el poder te da dinero,
el dinero da placer,
y así es el mundo entero,
la mafia viola la ley
y la ley tiembla de miedo.

Es gente de alto poder,
como sus cuernos de chivo,
asi es que les va a llover,
ráfagas de puros tiros,
si los quieren aprender,
váyanse comprando cirios.

No tienen miedo a morir,
saben los riesgos que corren,
pero prefieren seguir,
que regresar a ser pobres,
porque nuestro gran país,
no te da muchas opciones.

Aquí no existe el perdón,
aquí que se te ajustan cuentas,
al servicio del patrón,
tienes que andar muy alerta,
y cuídate de un error,
porque serás gente muerta».
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Resulta recomendable consultar los reportajes y análisis realizados por la BBC:

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